CUENTO No 14
EL SAINETE DE ARNOLDO
Consistía en la representación jocosa de pasajes de la vida en comunidad para la comunidad misma, en la que los habitantes eran actores y espectadores al mismo tiempo.
Se hacía en las calles donde en cada esquina se desarrollaba una escena que el pueblo iba siguiendo como en una procesión, sin necesidad de tarimas, escenarios ni efectos luminosos, en el mismo plano y en la misma escala, tal como acontece la vida.
Uno de los promotores y cultor dramático empírico de esta actividad era Arnoldo, un campesino raso, de estatura media, delgado, con un sombrero de caña corto tipo “canotier”, con un diente de oro, bigote delgado y bien pulido. Tocaba tiple y dulzaina bailando con expresión pícara, como si fuera el diablo del carnaval de Riosucio. Esposo de Nohemí, una mujer alta, gruesa y sensual, con una belleza campesina sin par en la región. Tenían una hija adolescente, la mayor, y tres hombres con una diferencia de edad de año y medio hacia abajo. Todos muy avispados, acomedidos para hacer mandados y desarrollar cualquier tarea que les fuera encomendada.
Habitaban el segundo piso de la casa mayor de la finca Montevideo de modo transitorio, al lado de las viviendas provisionales en esterilla de guadua del resto de la población, mientras construían sus casas definitivas mediante un proceso social de autoconstrucción, liderado por la Corporación Antioquia Presente y el Comité de Cafeteros de Caldas en la Nueva Primavera, donde se aglutinó a los sobrevivientes de Pescador, Planchón, Cenicafé, La Nevera y Primavera.
Panorámica de Nueva Primavera en Junio de 2017
Todo el mundo estaba agolpado frente a la casa amarilla, unos metros detrás de Arnoldo, mirando como Noemí le lanzaba desde el balcón sus trapitos que él iba aparando y metiendo en un costal, mientras furibunda le gritaba:
-¿Es que no tenés con una hembra como yo? ¡Cochino! Haciendo porquerías como si en la casa no le dieran nada… Como si no tuviera conmigo… Te vas y no volvás. Tomá…- Y le seguía tirando una por una sus pertenencias como para que la cantaleta durara una eternidad y sus palabras quedaran grabadas en Arnoldo y entre la multitud allí presente.
-¿No le da pena siquiera con los hijos? Respételos a ellos si es que a mí no me respeta… Vos no me merecés. No te merecés una hembra como yo…-, repetía.
Para que no quedara dudas del porqué lo estaba echando de la casa, delante de todos, remató:
-Degeneraooo. ¿Se levantó arrecho hoy? Disque haciendo cochinadas con Serafín en el cafetal. Uno de mis muchachos lo vio. ¡Qué pena!
¡Qué pesar…!
Ante tal obviedad, ya con su costal lleno, antes de partir, Arnoldo hizo la mejor representación del sainete de su propia vida: en el chiquero de sus hijos que estaba al lado, en el que por el trabajo ocasional que hacían tenían invertidos sus centavos en el levante de algunos cerdos, Arnoldo se metió en él, sin ningún pudor se bajó los pantalones y delante de todo el mundo se “pichó” el marrano grande. Cuando acabó, se cerró de nuevo la bragueta, se “terció” el costal y emprendió camino arriba, hacia la carretera, a esperar un “chivero” que lo alejara de Noemí para siempre.
Esta vez la comunidad no lo aplaudió. CVV
Este videito me lo envió por Whatsapp un amigo y me gustó mucho.
Por eso averigüe quien era Diana Trujillo y mira lo que encontré:
Pero...Quién es Diana Trujillo?
Diana Trujillo Ingeniera espacial. NASA.
Ingeniero espacial. NASA. Marte. Colombia. 31 años, no son palabras que normalmente van juntas en una oración. Pero van muy bien para describir a la caleña Diana Trujillo Pomerantz, quien creció en Cali, Colombia soñando con la exploración espacial.
Trujillo trabaja desde 2008 en el Laboratorio a Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, contribuyendo a misiones espaciales tanto humanas como robóticas. En la actualidad lidera varios proyectos en Marte y está, específicamente, encargada de cerciorarse que el vehículo Curiosity cumpla con todos sus objetivos científicos al mismo tiempo de garantizar su seguridad.
Trujillo comenzó sus estudios en la Universidad de Florida y se graduó de la Universidad de Maryland en ingeniería aeroespacial; también tiene estudios de la Academia de la NASA.
Pero el Planeta Rojo no ha sido el único objeto espacial que se ha beneficiado de sus talentos: Trujillo también trabajó en el programa Constellation para llevar más humanos a la Luna y en proyectos privados para garantizar el abastecimiento de la Estación Espacial Internacional (ISS).
Trujillo está casada y es instructora de Zero Gravity Corporation, la única entidad comercial que ofrece viajes parabólicos sin gravedad. A la fecha, ha estado más de 60 minutos de tiempo expuesta a la gravedad cero.
Gustoso comparto ésta página del periódico El Colombiano
