1974
Era el primer día de vacaciones por la terminación tardía del semestre de la universidad y no había visto nada del mundial de fútbol, por lo que pretendí al menos disfrutar el último partido que definiría el campeón entre Países Bajos (Holanda) y Alemania. Me preparé con anticipación y previne a mi familia sobre mi propósito para evitar interrupciones.
En el televisor a blanco y negro ubicado en el comedor, ya estaban transmitiendo los actos protocolarios allá en Munich, cuando sonó el timbre de la calle. Quien abrió, gritó desde la puerta, "Cristóbal, lo necesitan…"
Bajé de mala gana a despachar rápidamente al que fuera para seguir frente a la pantalla, pero me encontré con una jovencita del barrio que me encantaba y quien me pidió que le ayudara con unas tareas del colegio. Nos sentamos en las escalas de la casa donde resolvimos felizmente todos los temas, incluyendo algunos dibujos y mapas. Cuando se despidió con su sonrisa agradecida, ya el partido había terminado.
1978 La novedad en este mundial de Argentina fue la llegada de la televisión a color a nuestro medio. Gabriel Londoño White, uno de los gerentes de Londoño y Vayda Ltda donde yo trabajaba, importó un televisor de Miami e invitó por grupitos a los empleados de la oficina a su casa, a cada uno de los partidos que transmitían en la tarde, con "el algo" incluído.
La imagen policroma era todavía inestable y cuando los jugadores corrían, el color de la camiseta se quedaba y ellos seguían moviéndose en tonos grises. Los compañeros que fueron conmigo parecían niños, descrestados con la nueva tecnología, a la que todavía no le encontré gracia.
Con ello recordé la pantalla de vidrio que se superponía a los televisores anteriores de cajón, coloreada en franjas horizontales, arriba en azul, verde en el centro y ocre abajo, simulando el cielo, el paisaje y la tierra, de modo convencional.
1982
En Constructora Ltda, le sugerimos al patrón que nos llevara un televisor para ver algunos partidos del mundial de España, y aceptó.
Desconcertados, porque no vimos cuando llegó el aparato, atendimos todos el alegre llamado a su oficina al momento del inicio de uno de los encuentros. Llevó un televisorcito portátil negro del tamaño de una batería de motocicleta, con una pantallita en blanco y negro, más pequeña que una tarjeta débito. Sentado en su silla, con el diminuto televisor en el escritorio enfrente suyo, supuso que permaneceríamos de pie detrás de él, mirando por sobre sus hombros y adivinando lo que pasaba en la cancha, porque el juego no era visible para nosotros, además con el sonido a muy bajo volumen. Cuando se vio solo, Gabriel Abisaad Jana apagó su mini aparato y se fue.
Si no vimos el mundial fue porque no quisimos ; pero que llevó tv, llevó.
1986
En el programa de reconstrucción de la Nueva Primavera en Chinchiná, por el volumen de tareas, no había visto ningún partido del mundial de México, por lo que decidí tomarme la tarde para disfrutar la final aunque fuera en solitario, dado que mis compañeros estaban en los distintos frentes de trabajo en el campo.
Nuestro campamento quedaba en la vereda la Violeta, sobre la vía Chinchiná- Manizales y yo era el coordinador administrativo.
Preparé crispetas con jugo para el partido Argentina- Alemania, que comenzaba a las tres. Minutos antes del inicio llegó una delegación de varios periodistas de El Colombiano comandados por Catalina Villa y Hervásquez, el fotográfo.
Los invité a que viéramos juntos el encuentro y luego hablaríamos sobre el reportaje, pero me dijeron que no tenían tiempo y que yo debía acompañarlos al instante a la comunidad y darles detalles del programa.
Me les "ranché" en que lo haría pero después del evento, alegándoles que ese espacio me correspondía por derecho, por lo que entramos en una discusión acalorada, argumentando ellos que habían hecho un largo viaje por carretera para que fueran recibidos tan displicentemente.
En esas hubo un fuerte temblor de tierra y salieron corriendo para Manizales a cubrir el sismo en vivo y en directo. No regresaron.
2018
Hoy, en el Mundial de Rusia que apenas comienza, por primera vez en la vida tengo todo el tiempo disponible para ver el torneo completo a "mis anchas".
Dentro de unos años, seguramente recordaré entre otras cosas, la implementación y estreno del VAR, la valoración de cada selección por la suma del costo de cada uno de sus jugadores, el vibrante partido Portugal- España, la tripleta y el gol de tiro libre de Cristiano Ronaldo. Pero sobre todo, recordaré que lo estoy disfrutando abrazado con la jovencita de 1974 que tanto me encanta todavía.
CVV